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El Eterno Adiós al «MAESTRO»: Luis D’Orieux

Quedé paralizado cuando esa noche recibí el mensaje de Cachi Pajon diciéndome que el MAESTRO había fallecido, no lo podía creer (justo ese día, a la tarde, hable con Luisito para saber de el), en ese momento me invadió una tristeza enorme, no me caía la ficha.

Esa noche me quede pensando en el momento en el que conocí a EL MAESTRO Luis D’orieux. Fue una vez cuando trabajaba con mi viejo en refrigeración y teníamos el service oficial de un montón de marcas. En aquel entonces Los Peces Gordos ya eran enormes en la escena rockera tucumana, y yo todavía estaba aprendiendo a tocar la bata. Veo que mi viejo hablaba con alguien por teléfono para que le veamos un aire en garantía (para mí era un amigo de el por como hablaban), corta y me dice, “me acaba de hablar El Gato» D’orieux”, yo lo mire, fruncí mi seño y le pregunte, «quién??», y me dice «El Gato D’orieux, el baterista de Los Peces Gordos», yo lo conocía como el «Gordo D’orieux», y me cuenta que el era compañero de la secundaria en la E.N.E.T. y le decíamos así porque tenía una pupila como un gato jajajajaja, cosa que yo no sabía en ese momento…

La cuestión es que fuimos a su casa a verle el aire y estuvieron recordando anécdotas del colegio toda la tarde, hasta que mi viejo le dijo «mi hijo también toca la batería», me miro y me dijo «en serio?», «quien te enseñó?» y le dije Pedrito Chaban de la 448 y me dijo «un gran batero, veni para aquí te quiero mostrar algo», me llevo a su sala y empezamos a hablar de batas y bateros, puso unos VHS geniales, saco para mostrarme un redoblante bañado en oro, me regalo unos palos, me empezó a sacar cds y videos de técnicas, yo estaba en el paraíso, no me quería ir de ahí jajajaja y mi viejo con una cara de aburrimiento único jajajajaj esa tarde me volví a casa con mi bolsita de cumpleaños jajajajaj. Con los años y por cuestiones de la vida cotidiana nos alejamos pero nunca perdimos el contacto, siempre nos volvíamos a encontrar, hasta hace muy poco estuvimos hablando de Esteban Cerioni, contándome de su amistad con él. El Maestro tenía una humildad única, te brindaba todo, lo recuerdo con mucho cariño.
Es por eso que quise hacerle un humilde homenaje a uno de los más grosos que nos dio el Rock Tucumano, EL MAESTRO Luis D’orieux.

 

Luis Dorieux (hijo): La pasión que tenía por la música era lo más grande. No existían feriados ni cumpleaños, él daba todo por eso, y al que iba a su casa a visitarlo aunque sea un sándwich de mortadela le daba. Fui su plomo durante mucho tiempo, desde los 8 años. Lo vi tocar sin dedos en los pies, sin piernas. Una vez terminó el show y tenía toda la venda embebida en sangre.
Muchas veces perdimos, cómo cuándo fue la inauguración del boliche Lancaster que no tenían para pagarnos y esperamos hasta el otro día a las 6 de la mañana para poder volvernos en colectivo ya que nos dejaron en la calle, pero así también alguna vez ganamos.

Recuerdo una vez que vino Shakira a Tucumán, a Canal 8, y ella estaba con un amigo de mi papá que era fletero y le estaba transportando las cosas a ella; mi papá lo ve y se acerca a saludar y le pregunta que andaba haciendo y él le dice «la estoy llevando a dar un par de vueltas por acá a que haga unas presentaciones en unos programas a esta chica Shakira, no sé si la conoces»; a mi papa le sonó Shakira a cantante de cumbia, sin saber quién era, entonces mi papa le dice a ella, «mira aquí en el norte te va a ir muy bien, si quieres yo tengo amigos con los que te podemos acompañar tocando cuando vos vengas». Después nos cuenta a nosotros mientras la veíamos en canal 8 y le contábamos quien era Shakira jajajaj

Hay muchas anécdotas, fueron a casa a comer Baglietto, los Memphis, los músicos de Diego Torres, de Pedro Aznar, entre otros. Cada vez que venían bandas de afuera siempre lo recomendaban a mi papá.  De hecho en una de esas recomendaciones grandes, en los 90′ lo escucha a mi papá Jota Morelli, no sé si fue cuando se fue Araujo de Divididos y lo llamaron a mi viejo para que se pruebe y toque con ellos, pero mi papá no podía, por su trabajo y por su familia. No se presentó y quedo ahí, nunca se presentó a la prueba. Siempre le prestaba la batería a todos los músicos que venían de afuera, a Raphael, Roberto Carlos, a todos por recomendación.

Me es difícil contar algo puntual de mi papá, por tantas cosas vividas, anécdotas, experiencias y enseñanzas, y una de esas cosas más grande que me enseño, era perseguir mis sueños y hacer lo que me gusta, como él lo hizo.

 

Fabian «Cocina» Cosiansi: Cada vez que nos encontrábamos con el Gordo me decía, «Fabian, pensar que vos y Silvio (Mercado) son los únicos dos que no han sido alumnos míos y sin embargo los quiero como si lo hubiesen sido». Por esas cosas de la vida nunca pude estudiar con el Gordo, porque él era el único que enseñaba en esa época. Yo era autodidacta y en ese sentido, el se sentía identificado conmigo, que habíamos aprendido a los ponchazos como aprendíamos antes, escuchando los grandes bateros en cassettes o vinilos, así sacábamos los temas; muchos años después pude estudiar en Buenos Aires, de todas formas yo siempre iba a la casa del Gordo.

Me acuerdo en la época de La Insignia cuando íbamos a tocar a Santiago y teníamos que pasar por la policía de la frontera y había que decir «grupo musical Los Peces Gordos amigo…», le teníamos que decir así al cana, y el cana se reía porque sabía que no éramos Los Peces jajajajaj, y nos decía «haber, donde está el Gordo Dorieux» y nosotros le decíamos, «está dormido aquí atrás», casi siempre íbamos con Karma y nos cagábamos de risa con los chicos porque el vago nos decía «cuantas veces va pasar el Gordo» jajajaja. Era la única forma de que pasemos sin problemas, los canas eran amigos del Gordo, obvio…

En el año 2015, justo en la radio que estoy ahora (Radio Universidad), los viernes a la noche está Enrique Venezra, un famoso locutor, un capo, que fue también baterista y un apasionado de la música. Nos  juntamos un día y dijimos «tenemos que hacerle un homenaje en vida al Gordo Dorieux», por todo lo que fue y lo que hizo para la música tucumana. Entonces decidimos hacerle algo lindo ya que tuvo reconocimiento en todos lados, en Bueno Aires, en EE.UU., en fin… pero aquí no había tenido su reconocimiento. Me pongo al hombro el proyecto, me prestan la sala del Círculo de la Prensa y empiezo a hablar con todos los bateros y amigos para convocarlos. La idea era que el Gordo no se entere, pero un día, en medio de los preparativos me llama y me dice «che Faby ya sé que tiene que ser una sorpresa para mí,  y sé que yo no tengo porque saber, pero yo ya sé que me van a hacer un tributo«. No sé cómo mierd.. sabía, me pincha el globo y me dice «yo quiero saber para invitar unos amigos de Buenos Aires«; era para él el tributo pero también lo coordinaba, era muy gracioso. Se dio el gusto de tocar con gente muy querida, había dos baterías, una para el Gordo y otra donde  tocaba el invitado, Bernardo Yacono, Charly Medina, Silvio Mercado, su hijo Sergio, Cacho Palomino, yo y muchos otros. Fue una noche hermosa que no me la olvido más, después terminamos en el bar del Círculo.

La única vez que yo no pude tocar con 180°, me reemplazo el Gordo, lo cual fue un honor para mí. Fue en el año 2017 en «La Negra», tocó sin haber ensayado y salió genial. Después publicô en su Facebook dándonos las gracias a mí y a 180°. Siempre fue muy generoso el Gordo, guardo los mejores recuerdos de él.

Luis D’orieux – Un Luchador!!

 

Bernardo Yacono: Ir a visitarlo al Gordo era como ir a Disney, siempre te volvías con algo, palos, platos, revistas, DVD, sus historias y el cariño de toda su familia. Luis y Sil siempre recibiéndonos con la mejor. Hace 9 años atrás, Luis me presentó quien hoy es mi esposa, le estaré eternamente agradecido y creo que ni se la esperaba. Historias hay de sobra, una noche de tormenta e inundaciones lo rescatamos detrás del escenario de Casa de Gobierno, estaba solo, con su remera infaltable de los Peces… con mi esposa lo bajamos, no sé como pero no pudimos medir ni calcular nada, sin pensar en 15 segundos ya lo teníamos a salvo en la calle y lo llevamos a casa. Él siempre agradecido de nuestra amistad y compañía, y creo que todo los que lo rodeábamos también. Cuantas cosas por contar de un grande como era Luis.

 

Cachi Pajon: Mi historia con Luis fue algo increíble, yo ya había tenido tocadas con ellos en Santiago (mi ciudad natal), y después de la quinta tocada con ellos, los recitales ya eran en Tucumán; entonces me vine con todo, el teclado, el soporte, todo. En la terminal me estaba esperando Luisito hijo (en ese momento era plomo de Los Peces, yo nunca había tenido uno jajajaj), me dice «yo soy tu plomo» y me ayudo a cargar las cosas en el famoso Peugeot 504 del Gordo y cuando subí me dijo «que tal mijo como te fue en el viaje«. Desde ese momento Luis me abrió su corazón y las puertas de su casa, me brindó todo, sus amigos, su familia. Hace 24 años que vivo acá y él siempre me apoyo en todos mis proyectos paralelos que tuve, él me decía «métale mijo porque usted es muy talentoso, muy buen músico y buena persona».

Luis siempre estuvo y fue como nuestro papá porque tenía un corazón enorme y nos cuidaba a todos nosotros, semejante desgraciados y fiesteros que éramos jajajajjajaj, pero siempre estaba ahí y hacía cosas graciosas y de niños, nosotros siempre decíamos que él era un niño grande jajaajjaja. Me acuerdo una vez que estábamos grabando el disco «Corazon de Blues» en la Mosca Records (en Santiago) y para aquella época habían sacado un postrecito tipo Serenito de Hercules (por la película de Disney) y se había encaprichado con eso, y decía «quiero postrecito, sin postrecito no toco» jajajajaja un niño más, teníamos que conseguirle el postrecito al Gordo.

Como buenos Peces Gordos nunca faltaba la comida. Una vez nos vamos a tocar a Lules, y cuando llegamos ya había relojeado que había un puesto de choripanes; cuando terminamos de tocar salimos y nos fuimos a comer choripan y Luis encargo 15 choripanes jajajaj «para mis hijos , para mi papá, para mi suegra, etc…«, y nosotros le decíamos «Luis, no es mucho???» y él «no mijo así está bien«, entonces viene y los deja en la luneta de la Trafic y se va a cobrar (porque él era manager de la banda).  No tenemos mejor idea que esconderle los choripanes; cuando vuelve, sube y no se da cuenta de los choris y emprendemos viaje a casa, pero en un momento dado empieza a buscar y a decir «donde están los choripanes, donde están los choripanes» se entra a desesperar y decía «con la comida no se juega mijo«. Cuando ya se había puesto nervioso le devolvimos lo choripanes, sabes que se enojó tanto que los tiro por la ventanilla, y nosotros le decíamos «no Luis no!!!» Tuvimos que volvernos en medio de la madrugada a buscar los choris con linternas jajajaj

Luis era un tipo de corazón enorme, no le importaba nada, ibas a su casa y te volvías a tu casa con algo que te regalaba, palillos, videos, CD’S, cualquier cosa te regalaba Luis, hacia todo para que te sientas como en tu casa. La noticia me impacto mucho, lo llore mucho al Gordo, porque realmente lo quise mucho y porque me dio muchísimo. Para mí es un orgullo que se lo siga recordando y sobre todo en la cultura del rock o de la música en general de Tucumán, porque dedico su vida a esto y tuvo muchísimos alumnos a los que les brindó todo.

 

Luis «El Negro» Sucar: Al «Maestro», lo conocí allá por el 84/85, él ya era Luis D’Orieux el baterista, el profesor y ejemplo para todos.
Siempre que me acercaba tenía un consejo para dar, eso no lo perdió nunca, muchas veces me ayudo con mi emprendimiento de backline (yo al ser guitarrista) conocía poco del mundo de las baterías, me recomendaba marcas, modelos y hasta me enseñó a afinar una batería.

Recuerdo haber compartido un almuerzo con su familia proyectando el show de Molotov en esa mesa y donde me dio la posibilidad de llevarme una de sus baterías siempre con un consejo de yapa..
Pero lo que siempre me marco, fue sus ganas de tocar y la decisión de ir como sea para adelante, aun cuando los médicos no se lo permitían o tenían que postergar una cirugía para cumplir en un show, eso es y será Luis, amor incondicional a la batería y a la música.

 

Peces Gordos – Blues del Barrio Oeste II

 

Daniel Amani: Lo vi tocar con su banda Fuzz en mi colegio, el Instituto Tecnico. Con el tiempo fui conociéndolo más, y compartiendo desde las visitas a su casa como lindas jams, cuando se daba la oportunidad.

Una vez estaba por salir al escenario con mi banda “Hades” y le comenté que estaba nervioso. Me dijo «Yo también siempre me pongo nervioso. El día que dejemos de ponernos nerviosos será el momento de retirarnos, porque significa que nos da igual tocar o no«. Y eso siempre me quedó grabado y lo repito a quién lo necesite. Como hizo Luis conmigo cuando yo estaba empezando.

 

Chechi BazzanoMe acuerdo cuando lo conocí, yo tenía 17 años, era un estudiante recién llegado a Tucumán, Un día caminando paso por la 9 de Julio y desde el sótano de una confitería, en ese entonces «Hipocampo», salía sonidos de rock and roll, así que entre y vi que estaba sonando un cuarteto, Mario Salazar cantando, el Gordo en la bata (por supuesto), Luis Lezcano y el Conejo Herrera, en guitarra y bajo, el cuarteto se llamaba Fuzz y sonaban impresionante, para mí era increíble escuchar eso y me quede escuchando un rato largo ahí, cuando terminaron me acerque al Gordo a felicitarlos y a decirles lo bien que sonaban, y como pendejo bien descarado y cara dura le dije «yo toco la guitarra eléctrica» (yo en ese momento había tenido una bandita en el colegio, recién arrancaba), y Luis me dice, «trae la guitarra y veni a tocar con nosotros«, él ni me había escuchado. Me fui corriendo a buscar mi ampli y mi guitarra y me fui ahí a tocar, a la semana ya era un integrante más de la banda y ya estaba tocando con ellos, estuvimos un par de años componiendo y tocando en boliches y bares, lo pasábamos muy bien.

En esa época, para subir al escenario nos vestíamos cada uno como en su ocupación diaria, entonces como yo era estudiante de farmacia, me vestía con el delantal blanco, el Conejo se ponía un casco de operario amarillo porque trabajaba en Hierromat, Luis de traje porque era bancario y el Gordo de policía, él trabajaba en la parte de comunicaciones en la poli jajajajajaja. Lo tengo siempre en mi memoria por fue un ejemplo de persona, fue un hombre de un corazón enorme y abierto, super generoso, él te abría las puertas de su corazón para integrarte rápidamente. Como decía Iguana, el unía a la gente, unía a las personas, su casa era un lugar abierto para quien quiera acercarse a escuchar o a hacer música, siempre fue así. Lo extraño mucho y ya tenemos algo escrito para hacerle un tema a él y tenerlo presente en la música también…

 

Ricardo «Iguana» AbreguCon el Gordo viví muchas cosas, divertidas en su mayoría, tristes algunas, producto de su enfermedad mayormente… Me acuerdo cuando se armó un tole-tole en la puerta de María Delirio que era un desparramó de gente a las piñas y el gordito salía caminando mientras se sacaba el cinto y con una tranquilidad los daba vueltas y les ataba las mano como si fueran esposas y les decía: «mijo, queda detenido» jajajajajaa (todos saben que él era sargento 1ro de la policia) nosotros matándonos a piñas y él ya tenía uno agarrado…

Después en los viajes lo hacíamos enojar (bahhh no lo lográbamos pero era el objetivo) lo imitábamos a él o le hacíamos sonidos parecidos al de su celular para que atienda durante todo el camino….
Lo extraño mucho, él fue un hermano, padre amigo para mí, nunca espere que nos deje así.

La cabeza me da vueltas y por ahí inconsciente digo dentro de mí: “hoy voy a ir a darle una vuelta al gordito”, hasta que caigo que ya no puedo y me ahogo. Ahora es parte del aire y de mi corazón
Fue es y será el padre del rock Tucumano…

 

La Gaceta – «reconocimiento en EE.UU.»

 

Pancho GomezMi anécdota para con Luis es un tanto repetitiva, en el sentido que mi formación escénica era en una segunda línea a su derecha y eso, especialmente en los escenarios chicos, hacía que yo este pegado a su batería, si bien la hacía sonar excelente a la batería y hacia muchas cosas, no era ese típico baterista que cumplía y nada más, si no que el llenaba todos los espacios haciendo cosas, pero una de las características más sobresalientes de Luis era que tocaba muy fuerte, entonces al terminar cada show a su lado, yo salía aturdido y medio sordo, tan así fue que eso me lastimo, tengo una pequeña reducción en el tímpano, recuerdo que llevare de por vida del Gordo, sana con gusto no pica dice el dicho. Guardo conmigo los mejores recuerdos con Los Peces y con Luis.

 

Lichar GalvanTengo una muy linda anécdota con Luis. Una vez me llevan como asistente de sonido de Sales a Cafayate. Yo en ese tiempo no tenía el disco de «Los Peces», y eso que tenía una cierta amistad con los chicos, pero un día, justo en esa gira que estábamos haciendo Salta y Jujuy (Los Peces eran estrellas y Luis era venerado como un dios), me animo y le digo a Hugo (el eterno asistente de los Peces), “negro!! Me podes conseguir un disco por favor”, y él me dice, pedile a Luis, y yo le digo, no me animo, no tengo tanta confianza. El sargento era complicado jajajaj y tenía una pinta de bravo terrible. En un momento el me hace llamar a su habitación, la cual compartía con Huguito y me dice, «cuando quieras un disco de Los Peces, me lo pedís a mí, toma!!!!» Es así como yo tengo «Corazón de Blues«, entre mis más preciadas posesiones.

Tengo el honor y el orgullo de haber trabajado con él. Recuerdo una vez que me presento como hermano de la vida cuando a él lo nombraron ciudadano ilustre, había mucha gente sacándole fotos y yo no tenía ninguna foto con él, entonces me acerque y le dije «maestro, me puedo sacar una foto con usted?«, me miro y me dijo «hermano como estas!!!» y se puso hablar muchas cosas buenas de mi delante de un montón de gente que yo ni conocía, y él dijo «es uno de mis hermanos de la vida que me dio la música«. Se nos fue el Maestro, era un groso!!!!

 

Facundo AmayaCuando pienso en el gordo, me voy en el tiempo, más de 20 años atrás cuando empecé a tocar. Antes de internet, celus y todo eso. Me acuerdo que siendo chiquito cazaba la mochila con varios VHS vírgenes y me iba a la casa de Luis a grabar clínicas de bateros y recitales que solo él conseguía, no sé cómo.

Era pasar tardes enteras hablando de instrumentos y bateros. Un aprendizaje enorme, y sobre todo contagiarme de la pasión y el cariño por el instrumento y la profesión que él me transmitía. Absolutamente desinteresado y solidario de una manera absolutamente genuina. De ahí en más siempre fue una guía, un colega y sobre todo un gran amigo. Lo voy a extrañar!!!

 

Bateria TV año 2013 – «artista de la semana»

 

Esta es mi ultima foto con el Gordo, año 2005. Siempre lo veía pero esta foto es la ultima, todavía de pie, ya en su casa de Villa Carmela yo le había dejado para que me venda la bata porque me iba a vivir a Barcelona después en el retorno en el año 2010 le compre esta LUDWIG que jamas venderé

Carlos Coronel: Confieso que soy Baterista por Charly Alberti y obvio por Soda Stereo….recuerdo en la semana de la Escuela de Agricultura en Horco Molle donde yo estudié, se estrenaba la E.A.S. de la Unt (antes estaba detrás de la Maternidad). Corría el año 1993 y tocaba “Slap” una banda de covers y yo llegue para la prueba de sonido y estaban tocando una canción de Soda ….Imagínate!! No podría creer que alguien  pueda tocar igual que Charly Alberti y me le acercó al batero, me presento y le digo que quería que me enseñara y me contesto “yo no enseño”, el que enseña es mi viejo. Este chico era Sergio Dorieux y me recomendaba verlo a Luis Dorieux. Justo conocía un amigo que vivía a una cuadra de Luis, en barrio Modelo, en aquel eterno pasaje Virrey Vertiz, Un día coordine con mi amigo y me lo presento, el Gordo estaba apoyado en una verja de madera improvisada que cubría el jardín a la entrada de su casa, y cuando entre lo primero que me dijo fue, “quédate tranquilo que te voy a enseñar todo lo que se”. Yo ese año formaba y debutaba como batero en Dick Ttacy con “Niebla Purpura”, yo tenía 17 Años (debutamos una semana antes que la 448 en ese mismo lugar), “Niebla” era mi banda de la adolescencia donde tocábamos covers de Jimy Hendrix, Eric Clapton, Charly, etc y teníamos temas propios. Este fue mi primer contacto con Luis

En el año 1997 le compro a Luis Dorieux una batería Tama roja que había traído de USA era la misma que usaba Lars Ulrich de Metallica, banda a la cual era más fanático que Soda. A medida que yo iba aprendiendo a tocar la bata, es como que me hice más metalero, cuando empecé a descubrir el instrumento siempre estuve en contacto con Luis porque tenía todo lo que uno necesitaba o te lo conseguía.

Un año después el destino me vuelve unir a Luis Dorieux y su fantástica familia en el año 1998.  Me dicen que había una banda que se había quedado sin baterista y si quería tocar; cuando me dicen que la banda era “Alcanfor Para Gorrines” y el bajista era Luisito hijo yo dije «pero vamos«, dándome el lujo de ensayar en esa bendita sala.

Después las idas y vueltas de la vida hizo que yo dejara de tocar y siempre acudir al Gordo para que se encargue de todo y después como siempre le volvía a comprar otra bata hasta que llego el día que le compre la bata que hasta el día de hoy tengo, una Ludwig amarilla que jamás venderé y me la guardare como el trofeo más preciado que me dio la vida en la música.

En los primeros días de mayo de 2019 habíamos sido motivados para una reunión de bandas que dejaron huella en rock tucumano (Leyendas del Rock), nos activó a querer juntarnos a tocar de nuevo y ver qué pasa. Me contaba Luicito (hijo) que el Gordo estaba feliz de que vuelva “Alcanfor Para Gorriones”, y le dijo que me prestaba todo lo que necesite, que yo era parte de su familia. El día 28 de mayo de 2019 era el primer ensayo de la vuelta de “Alcanfor”, ese mismo día me llama Luisito hijo diciéndome que se suspendía el ensayo porque habían internado al Gordo de urgencia. El resto es historia y de la buena, de un gran tipo, un legendario, un MAESTRO que vaya si dejo huella en la música de Tucumán y de todos los géneros. Era, es y será EL MEJOR BATERISTA DE TUCUMAN.

El último contacto real con él, fue por mensaje donde yo le ponía que le ponga me gusta a mi página de DJ CARLITOSWAY con vinilos y me puso. Bien ahí Charly capo!!!

 

Pablo YurkoCuando lo conocí al Gordo yo ya sabía mucho de él, por todo lo que me había contado Cachi Pajon, así que el primer saludo fue un abrazo de «amigos».
Siempre generoso. En una época ensayábamos con él un homenaje a Pappo y me regaló un estuche. Me dijo «Entra tu pedalera en este estuche?  Es tuyo«.

Uno de los mejores momentos con él fue un día del amigo, dónde le caímos a su casa. «Gordo que haces?  “nada”  ya vamos para ahí!!! Y se armó una zapada increíble.
En mí pasó por los Peces tuvimos muchas charlas, viajes, toques tremendos y toques difíciles, pero siempre un abrazo antes y después de cada show.

 

Programa «Desde la  Vida» – La TV Publica

 

Este domingo 21 de Julio, se hará un recital homenaje al MAESTRO, para recaudar fondos y ayudar económicamente a Sil, esposa de nuestro querido Gordo. El evento se realizara en el Teatro Municipal Rosita Avila (Las Piedras 1500), Tocaran Copula, Mariela Narchi y Quique Yance Grupo, Cnota y Fuzz, la entrada cuesta $200 y la podrán adquirir en Swan Music (galería La Gaceta).

 

PD: Hasta siempre MAESTRO!!!!

 

Alvaro de la Vega

 

Nuestro Humilde Homenaje – Esteban Cerioni

Después de un tiempo de ausencia, se me hace difícil escribir este post sin emocionarme, más cuando se trata de la partida de un amigo. Una persona a quien siempre admiré por su temple, su personalidad, su dedicación, su música, su entrega y su amistad.

Debo confesar que no lo conocía de hace muchos años, pero gracias al ámbito del rock tuve la suerte de cruzar caminos. Él era de ese tipo de persona que ni bien hablabas un par de palabras, te daba la impresión de que lo conocías de toda la vida; su carisma, su forma de pensar y su humor sarcástico hicieron nacer una amistad corta pero bien cimentada de buenos momentos y largas charlas.

Para el que no sepa, su trayectoria fue extensa e intachable, siendo su banda Redd la primera en grabar un disco en Tucumán. Pasó por innumerables bandas, no tan solo de Tucumán, sino también en Buenos Aires e Italia como ser «Meridiano» (BA), Taxi (BA), Demolatino (It), Darkness Darkness (It),  V’Ger (It), Chevrolet 56 (T), Trilogía (T), Arkangel (T), entre muchas otras. También creó el blog llamado REDDLAND, donde subió muchas información de su carrera, ya sea, discos, videos, fotos, recortes, etc.

Demolatino (banda italiana que integró en su estancia en Europa)

A modo de homenaje les dejo algunos testimonios de amigos y colegas de este emblema del Rock Tucumano, recordándolo de la mejor manera.

Augusto Gallegos (Syderalus, The Worms):
Hablar del bajista, cantante, o músico, puede parecer redundante. Porque en realidad su obra y su entrega al público, habla por sí sola. Siempre un adelantado, inquieto buscador de oportunidades, se lanzó junto a sus compañeros de REDD, a grabar el primer disco de Rock de una banda tucumana, en el año 1978. La pasión, la energía y la perseverancia lo acompañaron hasta sus últimas horas. Amigo fiel, con sus fuertes convicciones, repartía consejos y vivencias como escaparate de su propia experiencia. Siempre tratando de alentarnos a dar lo mejor, a jugarse, a apostar a la calidad, ofreciendo la mejor versión de nosotros mismos. El hacía eso, se entregaba completo, con sus defectos y virtudes. Combo completo. Frontal y transparente. Su mayor orgullo siempre fue lograr todo por su propia cuenta y esfuerzo, independiente hasta el final. No necesitó de nadie para ser reconocido por su arte.

Hasta el Japón llegó el disco de REDD. Las circunstancias de la vida, no le dieron la dicha de vivir conforme a lo que aportó a la cultura, pero no era algo que le pesaba, justamente por la independencia que él mismo predicaba y practicaba. No obstante nunca se quedó quieto, participó de varios proyectos musicales, en Tucumán, Buenos Aires e Italia; y más allá de ser recordado como un músico del ambiente progresivo, no se limitó jamás a ese estilo, habiendo pasando por músicas variadas, con distintas agrupaciones.
Siempre destacó los valores de la amistad ante todo, incluso ante la música misma que era su vida. Tocar con amigos fue su prioridad, compartir y pasarla bien. No importaba «qué» tocar, sino «con quién».
No hay vacío que se compare ante la ausencia de un amigo, pero su legado vivirá por siempre, al igual que el cariño y entrega que nos brindó.
¡Hasta pronto amigo querido!

Lucas de León (Los Inspectores):

«Primero seamos amigos, después tengamos una banda.»

Del músico Esteban Cerioni es de quien más se conoce. Del amigo Esteban Cerioni también, pero quizás en menor medida. Es éste justamente el rasgo de él que a mi me deja más marcado. Y es que para «el viejo», además de sus padres, había una sola cosa más importante que la música: la amistad. Tanto es así que la primera vez que nos vimos las caras después de conversar mucho por Facebook, me dejó bien en claro que primero teníamos que ser amigos para poder entonces tener una banda y tocar juntos.

Así fue mi etapa al lado suyo. Craneando muchísimas actividades musicales, grabaciones y conciertos que queríamos hacer, de todo tipo y color. Desde tocar músicas de Los Gatos o Vox Dei, algunas propias, otras de sus raíces italianas, y hasta lo que Esteban llamaba «Redd Revisitado», un proyecto en el que pretendía homenajear a Juan y Luis, sus compañeros en aquella banda, y en el que tuve la suerte de que me haya invitado a participar activamente. Hay algunos videos que datan de 4 meses atrás, ensayando y tocando “Reyes en guerra” con Hernán Ruíz (batería) y Rodrigo Ferreyra (teclados), con quienes tocamos en la banda que nunca tuvo nombre y sólo tres felices pisadas de escenario.

Pero bien; por encima de lo musical, Stefano puso siempre el ser amigos. Ensayar es importante, pero más aún es quedarse al tercer tiempo y compartir un chegusán con papas gratinadas, o un café con tostado de jamón y queso. Y de no haber ensayo, teníamos durante la semana y a cualquier (des)hora, conversaciones kilométricas sobre bandas, más proyectos, actualidad y política argentina, y catarsis mutua a causa del nefasto FPL (siglas absolutamente establecidas en su círculo, y que en la jerga «cerionística» hacen referencia al Fucking Puto Laburo), ¡jaja! Así fue mi amigo, el viejo; siempre pero siempre instando al encuentro y al momento compartido, cuestión que le ha costado algún dolor de cabeza al encontrarse con un tipo de naturaleza solitaria y consumido por los tiempos del mundo moderno como yo. Dolor de cabeza que después iba a traducir en un planteo de berrinche tano para que yo me cague de risa mucho, y entonces él también, y volvamos al abrazo tan afectuoso de cada vez.

Me quedan los proyectos musicales inconclusos que alguna vez le quisiera entregar; las palabras generosas y de apoyo que tuvo siempre a pesar de que yo haya cantado y tocado como la mismísima mierda; el Abbey Road que amaba y cuidaba desde que lo compró en 1970 y que me regaló para mi último cumpleaños así lo atesore y conserve cuando él ya no esté. Por último y lo más reconfortante, me queda la hermosa satisfacción de saber que Esteban fue un tipo feliz conmigo, felicidad que dejó plasmada en los mensajes de WhatsApp que me mandó a las 4 AM del día siguiente de presentar “La Biblia según Vox Dei”, en septiembre de 2018:
“¡Hermano! ¡Qué lindo cantamos hoy el Génesis! Cómo me gusta cantar y tocar con vos, mi querido Lucas. Como cantamos en Presente, tampoco esto será eterno, aunque mas no sea porque estoy entrando en la recta final y no sé cuánto me quedará de vida útil para hacer esto. ¡Pero quisiera encerrar esto en un bucle de tiempo y vivirlo una y otra vez! ¡Estoy tan conmovido, amigo! Tengo todo lo que deseaba”.

Esteban, Stefano, hermano querido, viejo… de mil maneras lo he llamado, pero estoy seguro de que la que más le gustaba era ésta con la que lo despido: Gracias y hasta siempre, ¡AMIGO!

Braulio D’Aguirre (7 Delfines):

Esteban es un grande de nuestra música nacional, excelente persona, un bajista excepcional.
El primer o segundo  bajista con el que toqué fue Esteban Cerioni, un lujo para mi tener a semejante músico en mi casa ensayando y a mis 16 años. Ya que en aquel tiempo no se si existían las salas de ensayo por hora y por eso se ensayaba siempre en casa del baterista.
Él me hizo crecer como músico.
Varias veces se ha quedado en casa después de ensayos y recuerdo sus palabras, que siempre tengo en mente cuando me dijo:
«Hay que salir de la cómoda para dar un poco más.»
Lo que se toca cómodo ya lo sabemos por eso hay que darle una vuelta de rosca para crecer en musicalidad.

Adrian Llovera (UT, Arkangel, Acertijo, Llovera) :

Yo hice el secundario en el Instituto Técnico de la UNT, y en la semana en que nos tocaba organizar a nosotros, llevamos para que toque en el salón de actos a Redd. Era el año 1978, y allí conocí a Esteban Cerioni, quien se mostró como lo que fue toda su vida: un gordito bonachón. Con el tiempo descubrí que era bastante enojón, pero nunca dejó de ser un tipo super bueno, muy generoso con sus amigos.
Compartí escenario con él en 1987, cuando me invitó a cantar unos temas de Redd con su banda Club junto a Sergio Tomás y Chechi Bassano, en un recital en el viejo Teatro de La Paz. Para mí fue increíble. Pero lo que lo muestra de cuerpo entero fue que me invitó a su casa para mostrarme los temas que pretendía que cante y al final, cuando ya me iba, me regaló un disco de Queensryche, porque quería que escuche bien a Geoff Tate, su vocalista.
A final de la década de los ’90, cuando ya había vuelto de Italia, compartimos Arkangel. Fue una etapa llena de encuentros, esfuerzos y anécdotas. Él ya trabajaba en el eterno CCC y llegaba muchas veces al ensayo (que fueron siempre a las 2 de la tarde) sin haber dormido. En mitad del ensayo pedíamos unas empanadas por un hueco que había en la pared de la sala y que la vinculaba con una fábrica de ellas. Esteban era el único que se le animaba a las de mondongo. Después de comer era la hora de la modorra pero seguía el ensayo. Cuando llegaba el momento de «El Asesino Sentimental», de Redd, que incluíamos en nuestro repertorio, Esteban dormía sentado en el equipo de bajo, pero seguía tocando sin pifiar una nota.
Un día fuimos a tocar con Arkangel a San Pedro de Colalao, y yo fui con Ana y los chicos (Isaac y Franco). A nosotros nos dieron una habitación cuádruple y al lado les tocó dormir a Esteban con Claudio Nava. Desde nuestro cuarto se escuchaba la animada conversación entre ambos pero luego comenzó un ruido “telúrico”. Era Esteban que se había dormido y roncaba muy fuerte. Nosotros nos dormimos con ese ruido de fondo, pero cuando me levanté a las 8 de la mañana, me encontré increíblemente a Claudio en el patio, con ojeras. Le digo “¿De cómo tan temprano?”. Y me dice: “Dejate de joder. Con semejante ruido no pude pegar un ojo”. Me reí. Esteban también se divirtió mucho con lo ocurrido. Todos no reímos, menos Claudio, claro.
Después compartí otros escenarios con Esteban, cantando ya con Redd o en otros eventos. Grabé un par de temas en el mega proyecto del disco triple que estaba produciendo. Y hasta comenzamos a ensayar lo que fue su proyecto de La Biblia de Vox Dei, que finalmente pudo concretar el año pasado en El Círculo de la Prensa con Ruiz y De León.

Arkangel – Cielos Abiertos (2001)

Lichar Galvan (Programador Radio Fish):

Conocí a Esteban cuando yo operaba un programa que se llamaba Metal Shock.
Recién regresaba de Italia y venía con las ediciones en CD de los discos de Redd.
Al tiempo, se incorpora al programa como conductor y fundamental aportador de material; era un coleccionista. Cuando no podía ir al piso, me pedía que pase a buscar el material y de paso me hacía escuchar otras cosas.
También me lo empecé a cruzar en los escenarios, él como el musicazo que era y yo como asistente.
Nos hicimos grandes amigos y siempre me invitaba a su casa, donde solíamos pasar horas escuchando música que me recomendaba, viendo videos de bandas, tomando te con jengibre (en los últimos tiempos era café), siempre acompañados con anécdotas geniales, que por ahora me las guardo, pero que me hacían partir de la risa.
El Maestro me decía que yo era un puteador genial. Tuve la suerte que me considere su amigo, además de ser del stage de un show que Redd hizo en Buenos Aires, que terminó siendo el disco «Ceremonias Para Alzar El Telón». Y con cada nuevo lanzamiento, como «Reddland» o la re-edición de «Tristes Noticias…» me obligaba a ir de inmediato para escucharlo, siempre orgulloso de lo que había hecho.

Otra cosa que me gustaba de él era como hablaba de los músicos con los que se rodeaba para tocar, me mostraba videos, audios, etc.
Estaba muy orgulloso de lo que habían hecho sus amigos en el show del Circulo de la Prensa, su tributo a Vox Dei, media hora hablándome maravillas de sus compañeros y recuerdo que yo no le creía que el guitarrista tenía una Richie Sambora signature, y me mostraba lo que podía cantar y tocar, ni hablar del batero…, lo llenó de elogios.
Todavía me acuerdo que estaba muy contento cuando Emilio Del Guercio iba a grabar con él, de cuando participó en el disco tributo a Spinetta llamado «Al flaco… dale gracias»; luego de un disco tributo a León Gieco del cual me mandó varias maquetas de lo que iba haciendo; también estuvo en el disco tributo a Litto Nebbia. Ir a su casa era nutrirme de música mientras hablábamos de muchas cosas.

Estaba contento con lo que estaba haciendo, me mostró mucho de ese disco triple o cuádruple que iba a hacer.
La última vez, me comentó que ya tenía el bajo con el que iba a grabar «Tom Sawyer» de Rush.
Estoy escuchando su última recomendación: Skyharbor, que me causó gracia porque apenas llegué a su casa, me preguntó que andaba escuchando y me habló de estos pibes. Me retaba diciéndome «¡¡¿¿Cómo podes escuchar Radiohead??!!», banda que no le gustaba. Y yo algunas veces lo jodía preguntándole si no tenía algún pirata de The Police.
Se lo extraña, cascarrabias, refunfuñón cuando algo no le gustaba. Se lo extraña, al amigo.

Luis Albornoz (Tricupa, Redd):

A fines del 2002, empecé con Carlos Capdevila mi hermano del alma, que vive hace mucho en EEUU, a organizar el evento Reunión de bandas, como Tricupa, Tango y Redd; cosas que habíamos armado antes de 1984. Esteban no estaba tocando y vivía en una office en la cual tenía un cyber, muy de moda en ese momento. Fui a buscarlo y me dijo que lo iba a pensar. No quería tocar, estaba casi retirado. Y vimos que la manera de forzar su vuelta era decir que lo haríamos de todas formas para grabar y filmar en vivo para que quede algo.

Entonces se sumó diciendo que sabía que lo haríamos igual, así que mejor participar para asegurarse de que no haríamos cualquier cosa. Su espíritu de emprendedor y productor artístico pudo más que su retiro. Realizamos tres años seguidos a salas llenas. Y el material se editó, siempre bajo su supervisión limpiando el sonido grabado en vivo. Y de allí seguimos con Redd y diversos integrantes.

Atesoro esto como una de esas cosas que salen bien, al poner de nuevo en escena a alguien tan importante como él. Y su bonus fue tocar y grabar con Tricupa, banda que admiró toda su vida, reemplazando al bajista original y haciendo voces. Gracias a él, Tricupa tiene una versión de aquellas canciones de 1971, que se hubiesen perdido como tantas cosas.

REDD – Ceremonias para alzar el telón – Disco 1 – (2007)

Patricio García (Los Chicles):

Al principio solo conocía su leyenda, sobre todo de boca de un tío mío y de Gabriel Fulgado que era amigo de la familia, pero también de todo aquel iniciado y no tanto en el rock tucumano. Todos sabían de Redd, la banda tucumana que había sacado un disco y había sido parte de la tercera generación del rock argentino. Después en 1997 lo conocí personalmente a su regreso de Italia en «Bonus Track» el programa de David Cohen y Ariel Bellos, y poco tiempo después compartimos escenario por única vez en un recital de homenaje a Lennon en el Teatro Alberdi, donde participé con Los Chicles.

Bastante tiempo más tarde nos reunieron las redes sociales. Tras algunas charlas por Facebook comencé a visitarlo en su departamento en 2017, donde escuchábamos su gigantesco archivo y colección de música. Ambos estábamos enfrascados en ambiciosos proyectos discográficos: yo en la grabación de ‘Listen In Awe’ y él en un proyecto de álbum triple: un disco de covers en inglés, otro de covers en italiano (la cantidad y calidad de bandas del rock progresivo italiano es impresionante, muchas veces superando en ideas a los pioneros ingleses, y por supuesto, lo habían influenciado mucho) y el tercero del rock argentino más canciones originales nuevas.

En su departamento pude escuchar bastante material de este proyecto, ya grabado en buena parte junto a músicos tucumanos de varias generaciones, desde sus coetáneos hasta los chicos nuevos, así como músicos invitados, amigos suyos, históricos del rock progresivo argentino. Lo hacía a pulmón y la cantidad de música a grabar era tan exagerada que, por lo que entiendo, nunca llegó a terminarlo, pero hay sin duda material de sobra como para armar un gran disco, que sería a la vez un gran perfil de lo que Cerioni era.

Esteban Cerioni era un conversador hipnótico. Si te interesaba la música, el rock, y su historia, (o el cine y los comics) no se sentía el paso del tiempo en conversación con él. Como yo, entusiasta de la música hasta el absurdo, compartíamos oscuras pasiones como aquella por Hildegarde Von Bingen, o aquella otra por el krautrock más extremo. De alguna manera se las arreglaba para reconciliar ser un cascarrabias, iracundo y opinionado con ser una persona de una extrema dulzura y generosidad.

Hombre de rock y hombre de bandas (tocó en bandas hasta el último día de su vida y defendía el formato banda apasionadamente), desaprobaba el hecho de que yo estaba trabajando mi disco en soledad y con una computadora. Sin embargo nos habíamos prometido colaboraciones en los respectivos proyectos, que nunca se dieron, más que nada por las dificultades económicas que ambos sufríamos para llevar adelante nuestros discos durante el macritazo.

Cuando me enteré de su muerte, una vez disipados el shock y la tristeza iniciales, en lo primero que pensé fue en que había que resguardar su archivo de música y video que es, como ya lo dije, enorme. Era un obsesivo coleccionista y archivista, y tenía mucho material, no solo de sus bandas y proyectos, sino de gran parte de la historia del rock de Tucumán y de la Argentina. Si se pierde su archivo, la mitad de la historia del rock tucumano se pierde.

Mauro Luque (Zener): 

Justo estamos por lanzar el nuevo material de Zener. Son cinco temas, cuatro de los cuales son temas anteriores reversionados.
Hay uno que es piano y voz, se llama «Las Cartas», es el tema 1 de Polisemia.
Ese tema me pedía Esteban siempre que lo hagamos. Tenía pensado invitarlo para cantar en algún recital.
Habla un poco de la depresión, y de quedarse solo. Me dijo que se sentía identificado con la canción y con Zener en general.
Teníamos pensado grabar un tema de él aparte.
Creo que Esteban tenía proyectos musicales pendientes con mucha gente.
Quizás estaría bueno hacer ese álbum que estaba planeando.

Ale Kaplan:

De Esteban podría decir mucho, y también muy poco.
Lo conocí, supongo, en la que era la casa de Juan Escalante, allá por los ’90.
Recuerdo que yo venía incursionando con bandas de rock. Antes de llegar a aquella casa, ya había recibido noticias de las míticas bandas tucumanas de finales de los ’70, con Tricupa y Redd a la cabeza.
Así fue que cuando llegué a conocer a Juan Escalante, padre de mi entrañable amigo Juan Manuel, y a los otros integrantes de Redd, Manolo (Luis Albornoz) y Esteban, sentía que estaba parado frente a popes de la historia del Rock Nacional (sólo los había visto en fotos en blanco y negro) Años después, el mismo Esteban recordaba ese primer encuentro, puesto que yo le pregunté, obsecuente, si lo podía tocar (inocente fan adolescente) como dándole a entender que me costaba creer que era real, y él pensó: «mientras no me toques el culo, todo bien».
Mi relación con él siempre estuvo mediada por los innumerables reencuentros de Redd. Nunca hice música con él. No puedo considerarme su amigo, pero siempre existió un vínculo de mucho respeto y admiración. Su cultura musical era inconmensurable. Su gran amor por el rock progresivo no le impedía ser un gran cultor del jazz, la música afro latina, la música clásica y otras muchas cosas que logré curiosear en su discoteca, alguna vez que lo visité en su departamento de la General Paz.
Siendo el gran músico que fue y la influencia que imprimió en al menos dos generaciones de músicos, no solo de Tucumán, si no del país (y del submundo cultor del Rock progresivo en todo el planeta), siempre se le notaba una insatisfacción de lo que pudo ser y no fue. Mucho más melancólico que optimista, mucho más valioso que reconocido.
Del gordo me llevo el recuerdo de un tipo apasionado por la música, cabrón, contador de malos chistes y con un corazón tan sensible, que, como dijo Galeano: «nada tenía de malo, y nada tenía de raro, que se le hubiera roto el corazón de tanto usarlo».

Luis D’Orieaux (La Piedra, Los Peces Gordos):

A Esteban y a mi nos une una amistad de muy chicos, desde que teníamos 15 o 16 años; y con una banda que formamos también. Cuando empezábamos a hablar de música (él ya contaba con una colección importante) y tenía trato con gente que le conseguía discos afuera y nos quedábamos en su casa a la siesta hasta la tarde a escuchar música y a charlar sobre proyectos musicales.

A pesar de que éramos muy chicos, ya tocábamos y teníamos mucho entusiasmo porque seguíamos aprendiendo y descubriendo cosas nuevas. Para el año ’72 habíamos empezado a hacer algo que se terminó de gestar entre fines del ’73 y comienzos del ’74 y formamos «La Piedra» con Rody Castro en teclados, quién, junto a Esteban, eran los que componían los temas. También estaban Rody Gil (guitarra), Carlos Minitti (guitarra y voz). Hicimos un par de recitales antes de que Rody se fuera a hacer el servicio militar; aquí todos cantaban, era una banda muy personal y particular. Fue mi primera banda de rock progresivo y la hice con él… lo disfrutamos demasiado.

A medida que pasó el tiempo nos volvimos a reunir con Esteban en una banda de covers, se llamaba «Semáforo Rojo». También pasó por otra banda que yo estaba integrando que se llamaba «Fuz». Siempre estábamos en contacto y reuniéndonos para compartir algo y hablar de música. El tenía la gran satisfacción de haber armado su banda junto a sus ídolos y haciendo temas propios, Luis Albornoz, Juan Escalante y Oscar Imhoff. Ellos eran músicos que tocaban en Tricupa, una banda top de Tucumán, y que tuvo éxito en todo el país. Él los admiraba mucho, yo era quien los grababa. La única grabación en vivo de «Tricupa» la hice yo, él me la pidió y la atesoró como algo muy valioso. Eran sus ídolos, logró tocar con ellos y formar su gran banda llamada Redd.

Tengo los mejores recuerdos como amigo y compañero de banda, de escuchas, de largas charlas… Vivíamos muy cerca en aquella época y le gustaba mucho ir a mi casa; encima era un cocinero impresionante. Un día se fue a mi casa a cocinar ravioles (como buen italiano), para toda mi familia, le llevo mucho tiempo y trabajo hacerlos pero a él no le importaba.

En algún momento hablamos de juntar a «La Piedra» (banda en la que fuimos compañeros) para celebrar los 44 años, pensábamos en hacer un homenaje a esa banda, pero quedó trunco. Hubo un tiempo en el que estuvimos desconectados, que fue para la época en que él viajaba mucho con Redd.

Fue un gran amigo, un gran músico, lamento no haber estado en su despedida… Se fue de la manera de los grandes músicos, se fue feliz haciendo lo que a él le gustaba, tocando su bajo arriba de un escenario…

Se fue un hermano de la vida y de la música.

Leo Vera

Esteban le dio muchas manos a chicos jóvenes. Siempre me hablaba de los músicos jóvenes con los que estaba tocando, y el aprecio que les tenía. Fui a su velorio y vi mucha gente joven, varias generaciones.
Lo invité a tocar en el bar Irlanda ya que era mi cumpleaños, y el lo consideró un honor. Últimamente estaba hablando bastante con él, me había ido a ver a un show, grabé y conozco bastante lo que estaba haciendo.
Grabé para su disco triple, ahí es cuando lo conozco a Esteban. Le dije a Isaac Llovera que terminemos el disco que venía haciendo, y se sumaron Chechi Bazzano, Daniel Amani, Gustavo Parrado y otros, para colaborar para grabar y terminarlo. Íbamos a grabar 2 canciones con Adrián Iaies, Pollo Raffo, Javier Podazza, estaba todo listo y nunca se dio que podamos terminarlo de grabar.

Chechi Bazzano (Los Peces Gordos, Tripas Calientes): 

Lo conocí en el Teatro San Martín, Esteban era cantante del coro estable de la Provincia. Ahí nos hicimos amigos, y visité mucho su casa, tenía un montón de música que me hacía escuchar. Armamos varias bandas, tocando sus canciones y las mías, y compartimos recitales juntos. Tengo muchos recuerdos con él, haber estado zapando en un altillo en Buenos Aires, o tocando con el Pollo Raffo, o Pusineri.
Me encantaba su sonido de bajo, bien definido, poderoso y con mucha presencia. Era característico. Cantaba muy bien también
Era un amante de la música, y siempre estuvo conectado a lo que pasaba, haciendo recitales, homenajes, o tocando con muchos chicos.

La semana anterior al show del Bar Irlanda lo encontré y me comentó que íbamos a tocar juntos, en el cumple de Leo Vera. Hace rato que estábamos planeando tocar juntos y no se daba. Yo quería cantar “Bajan”, de Spinetta, y el me dijo “todos tocan esa, hagamos otra”. Él quería hacer “Té Para Tres”. Esa noche ya se había sentido algo mal, le recomendaron internarse pero no quiso; dijo “si me interno, me muero, así que no me voy a internar”, y le recomendaron que se quede afuera.

Cuando estábamos para los bises, Esteban me dice que quería volver a subir a tocar, y se puso firme para subir, así que le dije que tocábamos una canción con Gustavo Parrado y luego subía a cantar “Té Para tres”, que es la que él quería. Hicimos las dos primeras estrofas, los solos, y cuando estábamos por empezar a cantar de nuevo la última estrofa me agarra del antebrazo y se fue resbalando para atrás, y cayó con los ojos abiertos.

Todavía no caigo de lo que pasó.

Esa fue la despedida. Pasó de un momento de estar rodeado de amigos, haciendo música en un escenario, a otro plano. De la música al silencio. Me quedó esa imagen de Esteban, y me va a quedar por siempre.
Era una gran persona, muy responsable, y tanta responsabilidad que tenía para con todos, su trabajo, sus proyectos y las cosas que hacía, esa presión que se imponía a sí mismo, de alguna manera le pasó factura.

Adiós Maestro

Como verán, fue una persona muy querida (a pesar de ser cascarrabias jajaja), a todas las generaciones inspiró y ayudó con su música y amistad a que el rock tucumano crezca por sobre todas las cosas. Lo vamos a extrañar mucho..

PD: Los que hacemos TucumanRock rendimos este pequeño homenaje a su memoria. ¡Hasta siempre querido amigo!, ya nos volveremos a encontrar para seguir disfrutando de buena música y largas charlas.