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Encontrarte Es Lo Mejor: Alfredo Socci & Pelops

Corría 2015 cuando le hice esta entrevista a Alfredo Socci para la revista de Rock Salta, donde nos cuenta de la historia de Pelops, sus 2 discos y de un tercero que no salió aún, y también del recuerdo de su experiencia porteña. Como la revista no volvería a salir en formato físico por un par de años, la entrevista quedó guardada… hasta ahora. Con ustedes, Alfredo Socci, de Pelops.

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En 1996 lo conozco a Mariano (Manfredi) estudiando inglés en la facultad, muy de casualidad. Yo tenía puesta una gorra de Nirvana y él se acercó y me pareció medio raro, hasta que me dijo que tocaba la batería y ahí ya me interesó. Para ese momento ya me juntaba con Luciano Souza y algunos amigos más de la secundaria a tocar la guitarra. Mariano sabía tocar pero no tenía batería y yo sí, así que lo invité a tocar, y empezamos a pegar onda con ese extraño, extrañísimo ser que es Mariano, y es con el único con el que estoy hasta hoy de la formación original.

Con Pelops muy al principio hacíamos covers. En el ’97, fuimos banda de covers por un año. De grunge y punk, Green Day, Nirvana, Smashing Pumpkins, Offspring, Ramones Pearl Jam, Alice in Chains, hacíamos de todo. Cuando ya eramos una banda, al toque empezamos a hacer temas propios, cosa que yo no sabía que podía hacer y de repente tenía un montón.

Así empezamos a tener forma de banda. Los bajistas siempre fueron la cuestión más pasajera de la banda, y el que más duró en esa época fue Luis Robledo (Furtivo, Burritos, Bongó Laser), pero después se fue Luciano y entró Nico Neme (Ferreyras, Sipeganboys). Me sentía muy bien con lo que estábamos haciendo pero no con la banda en vivo. Hasta que finalmente nos peleamos, en vivo, en un show en el club Tucumán de Gimnasia, el festival Torsi Turbi (octubre 2003). Tocabamos cerrando los shows, era muy tarde y los chicos llegaban en pedo, y todo lo que habíamos preparado sonaba mal. Toda la puesta en escena mía de megáfono, parafernalia, pollera y demases, cuando no tenés una base musical que te la banque, la banda es una basura y está sonando mal, pasa a ser una payasada… piensan “¿que estarán tratando de compensar?”. Si vos tenés una banda que suena, todo eso es buenísimo, la puesta en escena es una elección artística.

De ahí hacemos Francis, con Gustavo Barchini (Adán Cabrón, La Sueca). Una banda de 2, antes de conocer a los White Stripes: bajo distorsionado y batería. Después Gustavo se vá y vuelvo a tocar con Mariano, los 2 así.

En el 2003 pongo el bar arriba de El Museo, una casa de ropa. Un bar que duró tan poco y fue tan mítico, tocó tanta gente icónica. Ahí es cuando me vuelvo a encontrar con Teddy Larreina, a quien conocía de Poder Enano, pero como que había cierta rivalidad. Iba a tocar a su colegio, la Normal, y yo payaseaba, hacía cosas que eran un insulto al músico, y encima íbamos a cerrar los recitales en la semana de su colegio. Pegamos buena onda, lo invito a grabar un disco solista de Anibal Cassetti, un personajito que hacía, cancioncitas a lo Albert Plá. Yo seguía con Francis, y estaba cansado de que nos manden a abrir los shows, dijimos, “tenemos un miembro menos, pero seguimos siendo Pelops”. Pasamos de cerrar shows a abrirlos, y ahí empezamos a ensayar con Teddy y rearmamos Pelops, empezamos a hacer las canciones que teníamos con Francis pero de otra forma, y ahí arranca.

Esto fue en 2004, y a mediados de 2005, el día de mi cumpleaños, empezamos a grabar “Tres Pelops Tiene mi Banda”, y a fin de ese año lo presentamos. No escucho el primer disco, no me gusta, me gusta escucharlo como suena ahora.

Pelops en Radio Nacional / Facebook Alfredo Socci

Después empezamos a grabar “Escalpelops”. En el medio de que lo estábamos grabando nos confiscaron los equipos, fue todo medio doloroso, así que el disco quedo hasta donde llegamos, y como estaba bien y tenía esa cuestión heroica, de ‘nos sacaron las cosas y hasta acá es’, este es el disco, entonces quedó así. Terminamos editándolo en formato digital.

En 2007 me voy a vivir a Buenos Aires. Empieza todo el historial de idas, venidas, separaciones. Los chicos fueron y no se bancaron la vida en Buenos Aires. Me quedé un tiempo más, fui papá, y me dí cuenta que estaba totalmente ido del camino. Si bien estábamos desparramados había gente que preguntaba por el disco, cada vez que venía armábamos una fecha y tocábamos, y eran siempre las mismas canciones.

 

Cuando volví les pregunté si tenían ganas de que nos juntemos de vuelta, eso era lo principal y propuse que empecemos a tocar, pero que sean canciones nuevas. Grabemos, hagamos cosas, ya no me daba la cara para seguir tocando lo mismo, por más que sean un montón de canciones (el primer disco tiene 17 y el segundo 12), más incluso que otras bandas que tienen en un montón de años. Sabiendo el caudal de canciones que venían por debajo, no puede ser que por pajeros no estuviéramos haciendo otras cosas. Después dijimos “bueno, grabemos”. Estuvimos un año ensayando y armando las canciones; parece mucho pero en realidad es poco, nos juntábamos una vez a la semana, a veces no, cada uno estaba muy en la suya, pero empezamos a tomarle el gustito.

Siempre nos persigue un poco la tragedia y un poco la fortuna, el día de la grabación del último disco yo me corto el dedo por la mitad con un cuchillo, casi me lo arranco, antes de empezar la grabación. Una grabación que iba a ser casi directamente en vivo de lo bien que estábamos ensayados, terminamos yendo al hospital, cosiendome el dedo, con el dedo todo lleno de vendas y sangre, casi desmayándose.

A todo esto, en mi banda paralela, Beatle Rot (hacemos canciones de los Beatles destrozadas) empieza a tocar la guitarra Curly Falcón, y se me abre la cancha. Vuelvo a agarrar el micrófono y a sentir la libertad de volver solamente a cantar, me doy cuenta de un montón de cosas que me estaban faltando a nivel personal. Era eso, dejar de renegar con la guitarra. No soy guitarrista, la había agarrado para dejar de renegar con los guitarristas, y de repente aparece un tipo como Curly, con el cual me entendía, le decía que algo no me gustaba y no me ponía cara de culo, le decía “escuchate esto” y a la semana me decía lo que le había parecido. Estaba sorprendido, al fin un guitarrista que quiere colaborar. Se me ocurre que Curly entre a Pelops y yo sentir la misma libertad que había sentido en Beatle Rot al dejar la guitarra, y pasó. Es rarísimo, estábamos super cerrados a seguir siendo 3, y de repente somos 4 y es lo más lindo y lo más natural. Nos juntamos y tenemos ganas de que sea siempre así la banda, algo que nunca había tenido, eso de salir juntos, juntarnos en la sala y alquilar 3 o 4 horas sabiendo que vamos a ensayar 2. Eso se nota un montón en los shows, en la ejecución, en el armado de los shows, se está transmitiendo una energía linda.

Pelops Formato Trío / Facebook de Alfredo Socci

Curly no llegó a grabar, pero el disco no está terminado. Está abierto, todos los discos los grabamos nosotros mismos, en nuestros estudios, o algo prestado en algún lado, pero terminamos de armarlo nosotros. Este último lo grabamos entre Teddy y yo, tenemos nuestras cosas, placas y micrófonos como para hacerlo. Conseguimos un lindo living comedor como para grabar las guitarras. Las baterías las grabamos en lo de Gonzalo Fares (El Bondi) con asistencia del Gallego (Luis Atance), con 24mil micrófonos a la vuelta, con la batería de Mariano y algunos cuerpos prestados, y todo suena de la concha de la lora. Aprendimos con el tiempo que te conviene tener un buen instrumento, un buen cable, un buen pedal, y no 700 cosas malas que metan ruido. Tenemos tomas maravillosas, faltan algunas voces y mezclarlo. Por ahí mete algunas violas Curly para hacerlo participar.

El disco nuevo se va a llamar “Vida de Pelops”, tiene las mismas intenciones de los otros. Estamos un poco más crecidos, pero es la misma banda, está la misma impronta en las letras que quizás no condicen con la melodía, que son super afables y lindas y la letra te va tirando cuchilladas suavecitas a las costillas. Quizás yo no lo noto tanto, soy el que las escribe, no veo desde afuera la evolución o involución según el caso. Están un poco más crecidas como todo, pero no dejamos de tener canciones que sabemos que nos gusta hacer, es como tener a los Beatles y a Nirvana en la misma cacerola, todo el tiempo. Siguen habiendo canciones como ñoñas, y otras que denotan una agresividad importante atrapada en algún lado.

Ya nos sacamos las ganas de hacer un disco legal con el primero, registrado en SADAIC, AADI, todo. El segundo ya fue dejado. Este ya tiene más crecimiento, ya sabemos como se graba mejor, suena de verdad. Esta todo, el arte está casi listo, falta un toquecito de cocción. Tampoco le encuentro mucho sentido a la cuestión de hacer discos. Está obsoleto pero todavía no hay nada que lo reemplace, y es raro pero el formato como que se está quedando en la historia, hay un hueco que no está siendo tapado por nada, no hay algo físico. Es triste un poco, me gusta el libro, leerlo, ver el arte.

Se despertó algo, no sé de donde, porque nosotros no hicimos nada. Hicimos el show de regreso y fue un montón de gente nueva, que no sabemos de donde salió y no quiero ni preguntar por las dudas. Seguiremos haciendo las cosas como las hicimos siempre, capaz que eso es lo que atrae. Que en un show de 200 haya 40, 50 personas que están cantando tus canciones, las letras que vos compusiste en el baño, o viajando, o enojado de espaldas a tu novia durmiendo, en un papel que dejaste en la mesa de luz, y esa letra te la están cantando 40 personas, es inexplicable.

Se que hay gente a la que le cantan estadios las canciones, pero para mí ya significa el éxito, sobre todo después de haberme ido a Buenos Aires y darme cuenta que no es tan lindo lo que uno quería y anhelaba. Es como querer ser chef, y entrar a la cocina y que te toque un jefe de cocina que te maltrata… mejor me quedo a cocinar en mi casa. Es muy masacrador el ambiente, inescrupuloso, todo es guita, todo por interés, y uno paloma, te tratan como campesino, y… es música, uno es ingenuo porque cree que la música debería ser inmaculada todavía, o no debería ser tan vapuleada, no sé, o que el ambiente de la música debería ser menos sórdido, menos choto… y es choto. En los festivales, hasta los stages te basurean. Con razón después la mayoría de los tipos que la pegan son tan soretes, porque tuvieron que llegar ahí a fuerza de bancarse todo esto. No, gracias, prefiero que la meta de mi vida sea llenar un teatrito de 100 personas en cada puto lugar al que vaya. Lo que más me gusta es tocar y cantar, no veo porque no habría de hacer eso.

 

Eso pasó en Buenos Aires. Después yo me quedé, viví un poco más de todo eso, de la parte empresarial, el backstage, de lo que no te querés enterar, laburando para una productora. El ambiente es así, no es que ellos sean así, la cosa es así. No es que la productora me haya tratado mal, al contrario. Necesitaba laburo y mi banda iba a ser un producto dentro de la productora. Al final nunca pasó porque los chicos no se adaptaron a la vida en Buenos Aires. Empezás a ver un poquito de adentro, un poco de afuera, un poco viviéndolo, un poco no, que no quería llegar a eso. No sé si hay otro camino para llegar a eso, por eso siempre veo la carrera de Babasónicos y se hicieron de chiquitos, fueron de a poco, y después de 15 años recién convencieron a la gente que no era una locura lo que hacían, que estaba buenísimo.

 

No se como será bien la historia, viviéndola allá muchas historias de bandas que lees en biografías se te caen para el carajo. A mi gusta tocar, cantar, me encantaría poder vivir de ello. Vivo por ello, me encantaría vivir de ello. Saber que hacer un acorde en tu casa no es tiempo perdido, que nos va a dar de comer en algún momento, y entenderlo uno mismo también. Uno también está taladrado de la cabeza, uno también va y se expone y se entrega, y se deja tratar como la mierda y llegas a creer que te hacen un favor cuando te dejan tocar en algún lado. Hay un nivel de intolerancia importante, y un nivel importantísimo de tolerancia y festejo de las cosas lindas. Lo bueno, lo rico, lo lindo, el buen gesto, el tocar con gente a la que estoy conociendo ahora… festejo mucho en encontrarme con gente que piensa y siente como uno la música. Prefiero tocar con una banda con la que no tenga nada que ver musicalmente pero que se me corta una cuerda y me dan 10 guitarras para que siga, y lo mismo yo, pongo todo lo mío para que toquen, los ayudo con la difusión, son mis invitados…